Una tarde con Álvaro Palacios

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De origen riojano, es uno de los protagonistas más importantes del vino español de los últimos veinte años que junto a otros “aventureros” situó en el mapa mundial los vinos de Priorat a finales de los 80, relanzó una región olvidada como el Bierzo mostrando el potencial de la uva Mencía y persigue la singularidad parcelaria como credo. Pragmático y romántico a la par, es un defensor a ultranza del gran vino como punto de partida. Álvaro Palacios, reconocido internacionalmente, lleva muchos kilómetros a sus espaldas viajando alrededor del mundo en los que ha difundido y mostrado las bondades del patrimonio ancestral del viñedo español y lucha constantemente para recuperar, razonar, ordenar y perpetuar la herencia del territorio vinícola para ser algo único.

Tuvimos la oportunidad de pasar una tarde con él y con algunos de sus vinos provenientes de sus tres proyectos personales; Rioja, Priorat y Bierzo, todos ellos explicados de manera muy sentida por él mismo.

El Origen:

Álvaro nació en el seno de una familia bodeguera en el pueblo riojano de Alfaro, situado en la Rioja Oriental (Álvaro siempre ha considerado que el nombre de “Rioja Baja” suena peyorativo). Fue durante su juventud, en esta Rioja menos conocida que aprendió a observar las diferencias evidentes de “la gran Denominación de Origen” con territorios y calidades muy dispares.

La Rioja Oriental tiene un clima marcadamente Mediterráneo y sus viñedos fueron durante siglos tierra de Garnachas que paulatinamente, bajo el dominio del resto de la denominación, fue mudando sus viejas vides por otras de Tempranillo, más anodino aquí pero más seguro para el viticultor. La observación y el resultado en el tiempo han demostrado que una uva de ciclo  corto, como el Tempranillo, que requiere de más agua, termina por “cocerse” en Alfaro. Mucho patrimonio vinícola antiguo se perdió pero Álvaro ha conseguido recuperar parte de estos viñedos autóctonos de la zona y el resultado no deja indiferente a nadie.

LA MONTESA 2014

Es un vino joven muy floral, ligero pero a la vez goloso, con notas de frutos rojos y cítricos que recuerdan a naranjas sanguíneas. Es muy nítido y en boca demuestra alegría con agradables recuerdos a salvia. Huye de los vinos exagerados de tiempos recientemente pasados y se sitúa en el camino de la delicadeza. Un buen ejemplo para iniciarse en los vinos de la bodega.

QUIÑON DE VALMIRA 2014

Primera añada conocida de este vino que Álvaro define como un vino “místico” por la gran historia que conjugan sus viejos suelos. Es un vino delicado, sumamente perfumado y muy refinado con recuerdos a fruta roja, cítricos anaranjados y talco blanco. En boca se desliza rápidamente dejando un caudal importante de sabor siendo muy complejo y realmente fresco. A medida que pasa el tiempo, en la copa se torna más fragante y dulzón con evidentes recuerdos de laurel. Fue vendimiado a mano y fermentó durante más de cinco meses en tino de madera y finalmente apenas se embotellaron 907 botellas muy difíciles de conseguir. Con seguridad, está llamado a ser uno de los mejores exponentes de la Rioja Oriental. Un vino para beber ahora o guardar como mínimo un par de décadas.

La Revolución:

A mediados de los 80, después de reglar sus estudios de enología, conocer todo el continente europeo vinícola y vislumbrar que “existe vida” más allá de Rioja, un joven Álvaro, que mantenía ya una amistad con la familia Barbier, se embarca en el proyecto del Priorat junto a René Barbier que le invita a visitar y conocer Catalunya. En aquella época la región de Priorat era una zona realmente pobre, con una gran historia vinícola a sus espaldas pero abandonada a su suerte y en grave riesgo de desaparición. Fue una aventura pasional y de amor inmediato que muchos entonces tildaron de locura ya que los vinos a granel y los precios de derribo eran todo lo contrario a lo que él, junto a un grupo de amigos viticultores, decidieron poner en marcha con aquella mítica primera añada del Priorat contemporáneo de 1989 que revolucionó el sector del vino en los 90. Y el resto hasta nuestros días es historia.

Dofi 2014

2014 es un vino emocionante, muy perfumado y que definimos como “pura fruta” de marcada acidez. Sobrecoge su elegante potencia en boca y los agradables recuerdos dulzones en una añada donde los vinos son más bien de carácter delgado. El vino fermentó y se crió en barrica de roble francés durante casi 16 meses. El mejor ejemplo de la elegancia y evolución de los vinos de Priorat que huyen de sobremaduraciones y potencia descontrolada.

Les Aubaguetes 2015

2015 es su primera añada en el mercado y fue un año con temperaturas medias muy altas que sorprendentemente no acusa el vino. Se compone de un 80% garnacha y un 20% cariñena (samsó). Viste un color más bien rosáceo que nos anuncia delicadeza al tratarse de un vino tinto. El perfume floral y las frutas rojas invaden desde el inicio los aromas en la copa. Su sensación en boca es voluminosa y los recuerdos de cereza escarchada, aderezada con pimienta negra son evidentes, terminando con un final fresco y muy largo. Es un vino seductor con una bellísima acidez que invita a beber. Una grata novedad que reafirma el camino de la elegancia que Álvaro quiere imprimir en sus vinos.   

El Redescubrimiento:

De la mano de su sobrino Ricardo, aterrizó Álvaro en el Bierzo en 1999 quedando maravillado por la belleza del municipio de Corullón. Álvaro contaba con la experiencia de enfrentarse a zonas difíciles como Priorat y tras esa primera visión más romántica y paisajística del Bierzo, el reto que planteaba un clima atlántico, que conjuga ciclos de años más continentales y el cultivo en laderas imposibles, le ató definitivamente a una tierra mística, enclave histórico de la península y origen de los suelos más antiguos de Europa y que merecía ser de nuevo descubierto y ofrecido al público.

En Corullón poseen actualmente 45 hectáreas esparcidas en un total de 250 parcelas plantadas con la variedad histórica y dominante en la zona de uva Mencía. Actualmente están terminando su nueva bodega que pretende ser un gran mirador integrado en el terreno desde donde serán visibles sus viñas más emblemáticas.

Las Lamas 2014

Sorprende por su coloración oscura y brillante. Los aromas de mora, arándano y puntas lácticas son evidentes y finamente al remover la copa, un leve aroma de pimienta rosa aparece. En boca es carnoso, un vino que nos trasporta hasta St. Emilion, al burdeos cargado de Cabernet Franc. El mimetismo que adquiere la Mencía con la uva francesa es evidente pero aquí ofrece más frescor y una acidez contenida. Su producción total, en una añada que Álvaro califica de “típicamente atlántica” no supera las 3.500 botellas.

Moncerbal 2014

En rasgos generales catamos un vino mucho más abierto tanto en color como en aromas que son realmente fragantes y llenos de fruta roja. En boca es muy equilibrado y jugoso. Álvaro define Moncerbal como “El Cristalino” por su vertiente más diluida, delicada y etérea. El vino fermentó en una pequeña tina de madera y posteriormente fue criado en barrica nueva de roble francés. Apenas 3090 botellas muy buscadas nos dio esta añada 2014, calificada como “convulsa e incierta” pero que finalmente ofrece vinos de resultado sublime.

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