Cata vertical de Rioja Alta Gran Reserva 904 (1982-2005)

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Denominación de Origen de la memoria

Difícil es no pensar en Rioja cuando juntamos las palabras vino y España, y es así porque esta región vitivinícola ha marcado durante décadas el camino productivo de calidad en nuestro país y ha sido también el referente principal por el que muchos consumidores conocen nuestros vinos en el extranjero y seguramente punto de partida para muchos de nosotros. Gran parte de este intrínseco pensamiento es debido al buen hacer que bodegas centenarias como La Rioja Alta S.A. que lo han sabido perpetuar a lo largo de los años con vinos tan icónicos como el 904 que de manera inmediata y sincera nos muestra su apellido mayúsculo: Gran Reserva.

La Rioja Alta S.A. fue fundada en 1890 por cinco familias que actualmente siguen siendo propietarios del grupo bodeguero que ha crecido a lo largo de estos 125 años, saliendo también de Haro para asentarse en otras regiones vinícolas como Ribera del Duero o Rías Baixas pero sin dejar jamás de lado la que es su bodega de origen riojano, la cual constituye un total de 540 hectáreas de viñedo propio y que han sabido mantenerla fiel a un estilo clásico ajena a las modas, a veces caprichosas, sin dejar de mirar hacia el futuro con innovación puntera. Renovación constante para hacer muy bien aquello que han hecho siempre. Puede parecer sencillo pero no lo es. Su enólogo Julio Sáenz nos cuenta cuáles son sus principales pilares para hacer un gran vino y son tres: viñedos propios, tonelería propia e instalaciones modernas y la mano sabia del hombre que defiende el valor de una propiedad centenaria aun familiar.

Uno de los vinos más reconocidos de la bodega y quizás más apreciado por el consumidor es el 904. Su nombre deriva del año 1904 en que la bodega se fusionó con Bodegas Ardanza y que perdió el 1 por motivos obvios de diferenciación con una añada. La intención principal al hacer un 904 es que el vino seleccionado sea de los mejores del año y este motivo no siempre es posible porque no todos los años son aptos para un vino que pasará de media 10 años entre barrica y botella antes de ver la luz. Por década, podemos probar unos tres 904 que han sido elegidos para tal proeza y eso no depende únicamente de lo establecido por el consejo regulador, porque ha habido añadas en que La Rioja Alta S.A. no destinó el fruto a sus grandes vinos aunque el consejo regulador dictara que la añada fuera excelente o estuviera muy bien calificada.

El alma del 904 está formada principalmente por mezcla de tempranillos de las zonas altas de La Rioja donde le cuesta más madurar y lo hace de manera lenta y regular, dando así una uva de buen equilibrio y vinos verdaderamente óptimos para envejecer. Finalmente el vino es terminado con graciano que le aportará color y frescor haciéndolo muy disfrutable con el paso de los años. Después, como Gran Reserva, reposará en barrica entre cuatro y cinco años donde adquirirá el carácter clásico que todos apreciamos en él.

En esta segunda vertical de Selectus Wines nos enfrentamos a 8 grandes añadas que la bodega considera que están en plenas condiciones para beber pero de las cuales, desgraciadamente, no quedan muchas botellas pues no fue hasta la década de los 90 cuando empezaron a guardar más ejemplares para el futuro. Aquí podrán ver mis sensaciones, muy marcadas por la enorme capacidad de cambio de los vinos durante la cata y por un entrañable recuerdo inevitable que constantemente me trasladaba al clasicismo, un tanto romántico, de los riojas de antaño y de lo sucedido en el año catado.

1982

Después del 64, la añada del 82 fue de las más importantes, más aún porque la década de los 70 fue algo anodina para ellos.

Mientras España organizaba y perdía el Mundial de Fútbol, en los viñedos de La Rioja maduraban las uvas que nos muestra hoy un vino aun con un color muy bien definido y que nos da la paleta cromática de salida con un marrón atejado, uniformidad del 904.

El bouquet es de vino viejo, notas de armario, recuerdos muy tímidos de fruta escarchada, notas de whisky yodado. En boca sorprende por el frescor aun patente y buena acidez dejando un recuerdo perfumado muy largo.

 

1985

Otra añada que rezuma clasicismo, el 85 se perfila más delgado que su hermano mayor del 82.

Muy abierto de color, nació el año en que entramos en la OTAN y seguimos aun en ella, como igual de vivo sigue este 904 del que no se esperaba mucho en su día.

Hay aromas menos ácidos y más cerrados destacando crema de caramelo y notas de combustión al inicio.

En boca es muy fino y su recorrido algo corto concentrándose delante. Sobrevive pese a su debilidad estructural.

 

1994

Si hay una añada contemporánea de la que todo vino de Rioja quiere presumir esta es sin duda 1994. Año en que se incendió el Gran Teatro del Liceo y quedó reducido a cenizas como lo haría esta misma añada ante el incendio cualitativo que protagonizó la posterior añada 1995 y que también probamos. La tendencia en esta década viene marcada por un uso más moderado de la barrica y menor porcentaje de graciano en la mezcla.

Se muestra cerrado al inicio y con notas muy evidentes de cuero viejo, sin destacar dulzuras como en los anteriores. La boca es notablemente ácida y algo delgada. Las maderas no tan viejas se notan marcadamente.

En resumen, es un vino tímido y en un momento frágil que parece no querer seguir creciendo. Quiso ser y no llegó.

 

1995

La añada de las alegrías, la añada donde un sistema operativo llamado Windows 95 nos abría una posibilidad inimaginable hasta entonces, navegar por la red. Y sin duda este 904 sigue “navegando”. ¡Menudo ejemplar!

Viste un color granate de capa superior al resto con una complejidad olfativa notable. Ahumados, cenizas, ceras amieladas y bien redondeado. Tiene volumen en boca, acidez asentada y un conjunto general de rasgos gustativos que lo hacen muy placentero e infinitamente largo.

Es un estilo ya marcadamente más moderno y tiene un esqueleto que lo hace ideal para guardar varias décadas más. 

 

1997

Mientras una oveja llamada Dolly nacía fruto de la clonación, un 904 con poca fe empezaba a gestarse.

Nació en una añada complicada en La Rioja y venía precedido de un estupendísimo 95 por lo que se le presumió siempre en desventaja. Sorprendentemente ha crecido de manera muy loable y nos deja grandes sensaciones para ser un patito feo.

La nariz es tremendamente dulce con recuerdos a pasas y muy abierto. Algo más nervioso que su hermano mayor inmediato y con una boca más musculosa, es un 904 algo desconcertante pero más que correcto.

 

2001

Muchos recordamos este año por el estreno de la trilogía de “El Señor de los Anillos” que nos transportó fielmente a la novela homónima del escritor británico J.R.R Tolkien.

Como si de una aventura fantástica se tratara, este 904 nos impresionó gratamente a todos por su excelente puesta en escena llena de matices de muy buen recuerdo. Nariz ahumada y evidente presencia de madera, carga frutal aun muy presente y destacando como gran nota primaria recuerdos anaranjados. Fresco y muy sabroso tiene un volumen muy superior al resto.

Es infinitamente largo y relata fielmente lo ordenada que fue la añada donde el grado de uva sana fue muy alto. Añada de libro que bien merece conservar como un tesoro. Mi tesoro.

 

2004

Enigmático sería el mejor adjetivo para describir este 904. Nacido el año en que Dan Brown se convirtió en escritor de masas, este 904 no abre sus “códigos” a todos los públicos. Habrá que seguirle la pista con el paso de los años.

Tímido y poco perfumado, con presencia de fruta roja marcadas por una vainilla muy evidente, en boca es menos elegante con un tanino aun presente y aun por demostrar hasta dónde puede llegar.

Es más cálido y deja un recuerdo largo pero debe aun encontrar el equilibrio que se le presupone. Deberá mejorar con el paso de los años en botella.

 

2005

El púgil de Haro que necesita crecer para convertirse en un esplendido ganador como lo fue aquel año en los Oscar la película “Million Dollar Baby”. Y tiene posibilidades muy reales de convertirse en un vino histórico.

Evidencia maderas elegantes y cenizas perfumadas en un primer impacto y se cierra en banda pero se abre rápidamente al agitar y “golpea” en nariz fruta fresca muy atractiva.

Menos tánico en boca que el 2004, se muestra redondo y ágil, con buena acidez y muy largo. Tiene estructura de campeón, para guardar y domar la fuerza que tiene. Juventud en estado puro, evidente “knock-out” de la velada al 2004.

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