Ramón Bilbao echa raíces en la D.O. Rueda.

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Ramón Bilbao, bodega de origen riojano, que dentro de 7 años celebrará el centenario de su creación, ha inaugurado recientemente, concretamente el 30 de junio de 2017, su nueva y espléndida bodega en la denominación de origen Rueda para elaborar, básicamente, un vino verdejo y un cabernet sauvignon de alta gama.

Tuvimos la oportunidad de tener una visita privada con la enóloga de esta nueva bodega, Sara Bañuelos, y con el director de comunicación de Ramón Bilbao, Alberto Sardón, en la que nos explicaron el proyecto con muchos detalles, de los que les explicaremos algunas cosas que creemos que pueden ser de su interés y que pueden ver la luz.

Sara, de origen extremeño, y con buena parte de su vida desarrollada en Rioja, es Licenciada en Enología e Ingeniería Técnica Agrícola en Industrias Alimentarias. Nos transmitió pasión y energía a raudales explicándonos el proyecto de Ramón Bilbao en esta denominación de origen, nueva para el grupo. Ella ha llegado a esta bodega después de acumular vendimias en diferentes bodegas de Rueda, tanto grandes bodegas como de tamaño familiar, lo que le ha dado diferentes visiones de gestión y elaboración.

Alberto, con un bagaje profesional importante (ha trabajado durante años con Miguel y Marcos Eguren…) llegó a Ramón Bilbao atraído por un nuevo proyecto, en el que ya estaba prevista la creación de esta nueva bodega y en la que se ha involucrado al 200%. Vive por y para su trabajo y transmite conocimientos y “savoir faire”.

Pero vamos con el proyecto en sí, que es lo que nos interesa. Hasta ahora, los vinos que hacía Ramón Bilbao, provenían de viñedos de viticultores con los que tenían un acuerdo (115 Ha.), pero para este proyecto han adquirido una gran cantidad de terreno (60 Ha.), de las que 5 Ha. son de viñedo antiguo (verdejo), plantadas en 1999. Esto les permitirá en pocos años poder hacer vino con sus propias uvas. Y con los viticultores con los que trabajan en la actualidad, seguirán colaborando en función de las necesidades que tengan en bodega. Esto sucederá dentro de unos 3 años, aproximadamente.

La construcción de esta bodega se inició hace aproximadamente 2 años (2015) y ha sido realizada por los arquitectos de la familia, desestimando la posibilidad de que un arquitecto famoso la realizase e invirtiendo económicamente en otros menesteres, como los diferentes tipos de depósitos, algunos de ellos de última generación, con los que se elaborarán los vinos.

Ya en el 2016 pudieron realizar la primera vendimia, obviamente con uvas compradas a otros viticultores. Se entraron cerca de un millón de kilos de uva, entre las variedades verdejo y cabernet sauvignon. Del verdejo acabarán saliendo al mercado unas 750.000 botellas aproximadamente. Este vino lo distribuyen en función de la demanda que tienen. Desde la bodega, su enóloga, nos comenta que “consideran más oportuno conservarlo en depósitos, donde evoluciona más lentamente que si lo embotellásemos y lo guardásemos en la bodega”. Del cabernet sauvignon, del que era la primera vendimia,… sabrán el número cuando hayan embotellado toda la producción.

Esta bodega y su proyecto tienen una particularidad que las diferencia de las del resto de la D.O.Rueda:  “nosotros hemos estudiado el terreno antes de plantar”. Se realizaron 77 calicatas antes de empezar a plantar viñedos. De ese análisis detectaron, básicamente, dos tipos de suelo característicos: carbonatados y no carbonatados. Los primeros retienen más el agua que los segundos, lo cual fue esencial conocer para decidir dónde plantaban la uva cabernet sauvignon y dónde la verdejo. La primera en las zonas más húmedas, las de suelo carbonatado, y la segunda en las zonas más secas, ya que la uva verdejo está más acostumbrada a ese tipo de terreno. Dado que la zona es más bien seca, en todo el terreno hay riego por goteo, para evitar la sequía excesiva (siempre con el permiso por parte de la D.O.Rueda si han de regar…)

Al ser una bodega nueva también han querido experimentar con la orientación de los viñedos y han jugado a colocar varias y diferentes orientaciones para estudiar cuál es la más idónea para los dos tipos de uva.

Como ya hemos comentado anteriormente, en el 2016 realizaron la primera vendimia en la que la uva entró en la nueva bodega. Siempre vendimias nocturnas, dado el elevado contraste término entre el día, donde pueden sobrepasar los 30 grados, y la noche, donde pueden estar a 8. De esta forma evitan oxidaciones y arranques espontáneos de fermentación.

Aunque una mínima parte de la vendimia se hace de forma manual, el 95% está totalmente mecanizado. Es una cuestión de optimización de timings, según nos comenta Sara Bañuelos, la enóloga de Ramón Bilbao.

Otra cuestión a remarcar a la hora de crear la bodega fue el posicionamiento de la misma versus los viñedos. Se pensó que era importante que la uva, una vez vendimiada, entrase en la bodega lo más rápidamente posible y para ello el edificio está ubicado en el medio de los viñedos, al estilo de los chateaux franceses. De esta forma, el punto más lejano de recogida de uva se encuentra, como mucho, a una hora del punto de descarga.

Esta bodega, nos comenta Sara, es “una bodega muy tecnológica, en la que el momento de la vendimia, para nosotros, es crítico. Trabajamos con diferentes tipos de depósitos para ver cómo evolucionan los vinos en cada uno de ellos y ver qué nos aportan”. Depósitos de acero inoxidable de diferentes capacidades, fudres de madrear de roble francés con capacidad de 4500 litros, barricas bordelesas de roble francés, americano y húngaro y depósitos de hormigón. Estas son, como ellos las llaman, “las herramientas de trabajo para elaborar nuestros vinos”.

Nos explica Sara que el acero inoxidable, “nos revela más la fruta, nos expresa más la variedad”. El hormigón, “es más poroso, la fermentación es diferente y aporta volumen en boca al vino. Pero es una herramienta que necesita más dedicación”. Sus depósitos de hormigón son diferentes a la mayoría de los que hay en el mercado, ya que entre las paredes exteriores e interiores hay un sistema de agua que sirve para refrigerar el depósito y les permite regular la temperatura.

Para la uva verdejo, sólo utilizan depósitos de acero inoxidable, “ya que nos da un estilo muy concreto, que es el que queremos para  nuestra verdejo”. En cambio para la cabernet sauvignon “utilizamos los tres materiales y con ello hacemos un cupage, con un 33% de vino procedente de cada uno de los diferentes tipos de depósitos”. De momento quieren ir experimentando y quien sabe, quizás en el futuro se planteen hacer, además del cupage, un vino proveniente de cada uno de los tipos de depósito.

Con respecto a las barricas, para la cabernet sauvignon, sólo utilizan barricas de roble francés y americano, que se cambiarán, en principio, cada dos años. En cambio para la verdejo utilizan los tres tipos de barricas anteriormente comentados.

Tal y como nos comenta Alberto Sardón, “lo que buscamos es intentar diferenciarnos y para ello contamos con herramientas suficientes para hacerlo”

Estamos seguros que este es el principio de una larga y exitosa historia.

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