Marimar Estate, la Torres californiana

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Marimar Torres pertenece a la prolífica generación bodeguera de la familia catalana Torres. La hermana menor de Juan Mª y Miguel Torres decidió cambiar su residencia familiar para irse a California y emprender su propia aventura: hacerse bodeguera con nombre propio. Con el tiempo nacería Marimar Estate Vineyards & Winery, una bodega situada en el corazón de Russian River Valley en Sonoma County, donde cultiva las variedades Pinot Noir y Chardonnay, y algunas españolas con las que está experimentando y ya ha elaborado algunos vinos. No pierde el contacto con España ni con su familia, viene unas cuatro veces al año para hacer degustaciones, catas y promocionar sus vinos californianos.

Marimar Torres con su hija CristinaMarimar Torres con su hija CristinaSus 68  años de vida han dado mucho de sí. Nació en Barcelona, se licenció en Altos Estudios Mercantiles por la Universidad de Barcelona, estudió marketing en ESADE y se graduó del Programa Ejecutivo de la Stanford Business School. También en Estados Unidos estudió durante el año 1988 Enología y Viticultura en la Universidad de California Davis. Llegó a San Francisco con 29 años y se casó con un norteamericano, del que se divorció 4 años más tarde. Su hija Cristina, quinta generación Torres, nació en 1988. Entre 1975 y 1994 se ocupó de la exportación y promoción de los vinos de Bodegas Torres en los Estados Unidos y Canadá. Su apellido la avala en España y su nombre en Estados Unidos, aunque lo cierto es que la línea divisoria entre ambos es muy fina.

Los inicios

Mientras se dedicaba a vender los vinos de su familia comenzó a interesarse por la viticultura del norte de California. Así, en 1983 convenció y asesoró a su padre, Don Miguel, en la compra los primeros viñedos en Green Valley, una subdenominación dentro de Russian River, muy cerca de la costa del Pacífico. Chardonnay y Pinot Noir son las variedades ideales en este particular clima con una fuerte influencia marítima. A su primera propiedad la llamó Don Miguel Vineyard en honor a su padre fallecido en 1991. La propiedad tiene 33 ha; las primeras viñas de Chardonnay fueron plantadas en 1986 y las de Pinot Noir dos años más tarde. Más de una década después decidió cultivar Syrah, y, en 2004, Tempranillo y Albariño.

En el año 2000 compró una finca de 73 ha, de la que solo 8 ha son viñedos y el resto bosques, en Freestone, una zona a 11 km. del océano Pacífico perteneciente a la Denominación de Origen Sonoma Coast y con un especial microclima - más niebla y frío. A esta finca la llamó Doña Margarita Vineyard en honor a su madre. Está situada a 190 metros de altitud sobre suelos de limos arenosos, piedra arenisca y sedimentos marinos, y solo está plantada con la variedad Pinot Noir.

Elementos comunes entre las dos fincas son la similitud de los clones utilizados y el sistema de plantación. Desde el principio, Marimar Torres apostó por adaptar la viticultura europea a California, aconsejada por su hermano Miguel. De esta manera, utilizó una elevada densidad de plantación, unas 5.000 cepas por hectárea, más de cuatro veces el marco de plantación tradicional en California en aquella época, para conseguir que las uvas adquiriesen mayor equilibrio, concentración, aromas más refinados y elegantes.

La vinculación con la familia también es patente en la arquitectura de su bodega. En al año 1992 inauguró un funcional y austero edificio con capacidad para 180.000 botellas, al estilo de una clásica masía catalana decorada con elementos tradicionales. En ella no faltan los guiños a su familia con numerosas fotos y cuadros que adornan las paredes.

Apuesta por la viticultura orgánica

Todo el viñedo de Marimar Estate obtuvo el CCOF (California Certified Organic Farmers) en el año 2006. La decisión de comenzar a cambiar sus viñas para convertirlas la tomó después de un viaje a Borgoña. Empezó con una parcela en 2003, y al cabo de dos o tres años comprobó que eran mejores. “Es más caro pero hay que pensar en el futuro. La viña es como un niño que hay que cuidar para que crezca sano”, comenta. Este certificado es un proceso de tres años al final del cual una bodega puede indicar en la etiqueta que su vino está elaborado con uvas orgánicas. "La idea es crear un equilibrio ideal entre las cepas y la naturaleza. El viñedo será más sano ecológicamente y la uva será de mejor calidad. Ésta es nuestra recompensa a largo plazo".

Utiliza cultivos de cobertura con ciertas legumbres (guisantes, veza, avena y trébol) que fijan el nitrógeno y aportan materia orgánica para mejorar la salud del suelo y protegerlos de la erosión durante la temporada de lluvias. Un objetivo que camina paralelo a la protección del medio ambiente, biovidersidad y la generación de un hábitat ideal para insectos beneficiosos, depredadores naturales de plagas dañinas para la vid. Durante el otoño la práctica más habitual es la preparación del compost con los orujos de la uva después de su prensado a los que añade estiércol de caballo, paja de las cuadras etc. Para ello, la bodega utiliza el material del centro ecuestre que tiene en la finca de Doña Margarita Vineyard.

Desde 2010, también se han puesto en marcha prácticas biodinámicas en el Viñedo Don Miguel, que hoy día es completamente biodinámico. Marimar Torres cree que estas prácticas son “un acto de fe, es imposible cuantificar su éxito pero estamos convencidos de que nuestros vinos están reflejando mejor su terroir, han adquirido más redondez y personalidad desde que iniciamos la agricultura orgánica y, posteriormente, la biodinámica”.

Los vinos

Produce 13 vinos pero no todos se comercializan. Algunos se reservan solo para los miembros del Club Marimar porque su producción es muy pequeña, entre 100 y 200 cajas. Sus vinos boutique son los blancos Albariño, Chardonnay-Albariño, Dobles Lías Chardonnay y Bonita’s Hill; y los tintos 80% Syrah-20% Tempranillo, Earthquake Block Pinot Noir, Stony Block Pinot Noir y Chico´s Run. Cada uno con personalidades diferentes.

Sus dos vinos blancos más populares son Acero y La Masía Chardonnay, ambos elaborados con 100% Chardonnay. El primero es un vino sin contacto con madera y el segundo está  fermentado en un 30% con barricas nuevas de roble francés y envejecido sobre sus lías durante diez meses. De entre todos los tintos que elabora, La Masía Pinot Noir fue el primero en salir al mercado en 1994, con la añada 1992.  Un vino envejecido en barricas de roble francés y que no pasa por los procesos de fliltración ni clarificación, al igual que todos los demás vinos tintos de la bodega. Cristina Pinot Noir, en homenaje a su hija, es una selección de unas cuantas barricas del Don Miguel Vineyard que mejor reflejan el terroir y con gran potencial de envejecimiento, mientras que Mas Cavalls proviene del viñedo de Doña Margarita Vineyard. 

Pinots cercanos en territorio y alejados en estilos, Chardonnays frescos y complejos, y variedades españolas atractivas para el consumidor norteamericano - y también para el español-, esa es la apuesta de la Torres californiana.

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