Málaga Virgen, Catalina la Grande y los leones

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Los vinos de Málaga tuvieron una extraordinaria fama que traspasó fronteras en el siglo XVIII, siendo los preferidos por la golosa zarina. La primera bodega embotelladora de este tipo de vino la crearon los hermanos López, apodados “los leones” por su valentía y capacidad de trabajo, hace más de 150 años. La historia no les hizo coincidir en el tiempo.

Finca Vista HermosaFinca Vista Hermosa

Dicen que Catalina la Grande adoraba los dulces vinos de Málaga y los tomaba con los llamados pasteles rusos, que también se los hacían llegar desde España a San Petersburgo. Ella no pudo conocer a los hermanos López, a los Leones. Hubieran entablado una gran amistad. Y también habría hecho excelentes migas con el rey bereber de la Taifa de Málaga, el buen Idris II, pero nació 750 años después que él. De modo que tampoco fue posible.

Este triángulo de personajes tan distantes en el tiempo tienen un denominador común: el vino de Málaga. Famoso internacionalmente desde los tiempos remotos de la Málaga mora hasta finales del XIX, cuando la aparición de la terrible filoxera, que por cierto y dicho sea de paso, entró en España por el puerto de esta capital andaluza. Vino en un barco de nombre extranjero, como el protagonista del famoso cuplé de la Piquer.

Porque El rey bereber tuvo el buen criterio de no prohibir el vino de su taifa malagueña, sino que lo bebió con profusión y le puso el nombre de charab almalaquí, que quiere decir jarabe de Málaga, dotándolo así de una componente inofensiva para librarle  de las cadenas represoras del Corán.

Botella del Málaga VirgenBotella del Málaga VirgenLas hermosas y orondas uvas moscatel de Alejandría, han crecido desde tiempos remotos por las montañas de Málaga. También llamada moscatel romana, mira siempre al mar, y crece junto a los olivos. Los antiguos la consideraban de mayor categoría y por eso la llamaban de Alejandría, romana, para distinguirla de la otra moscatel, la de grano menudo a la que denominaban morisca, que es excelente también, pero ellos debían considerar que el tamaño sí que importa. Precisamente son estas dos uvas las que  conforman el vino más famoso de la histórica bodega que fundaron los hermanos López, apodados Los Leones. Dicho lo cual, nos adentraremos en la historia de esta famosa y reputada bodega.

A finales del siglo XIX, concretamente En 1885, nos encontramos en Totalán, un pequeño pueblo cercano a Málaga capital, en la montaña, a Salvador López López, emprendedor y valiente viticultor que no se arredró ante la maldita filoxera que ya empezaba a hacer estragos por su tierra. Como les decía, ocho años antes llegó el maldito insecto en un cargamento de vides procedentes de Georgia, EEUU, al puerto de Málaga. Llegaron con fines salvadores y se convirtieron en todo lo contrario, en una plaga terrible que asoló todos los viñedos de Europa. Traían estas vides americanas con la intención de sustituir a las autóctonas, muy débiles ante el hongo oídium y así poder combatir la plaga de oídium, que desde hacía años estaban esquilmando a las vides. Las americanas eran muy resistentes al oídium. Pero lo que nadie podía imaginar es que con ellas y en barco, llegara  la terrible filoxera.

Los leones malagueños

Salvador López ya elaboraba en sus propios lagares pero decidió montar una bodega ya con más enjundia y mayor producción para poder seguir abasteciendo los mercados de los reputados vinos malagueños. Construyó unas instalaciones en Málaga capital, en el lugar llamado la Cruz del Molinillo.

A los pocos años su hermano, que era prohombre en la villa pues había llegado a ser alcalde de la misma, Francisco López López se asoció con él  y la firma se llamó López Hermanos, recibiendo por parte de los malagueños, siempre prestos a poner motes, el cariñoso apodo de los leones, por su constancia, valentía y tesón. (Sus tres herederos, que siguieron siendo considerado leones, y los descendientes de éstos, decidieron con buen criterio bautizar a uno de sus vinos con el nombre de Moscatel Tres Leones).

Poco a poco, los dos hermanos López López, van ampliando sus instalaciones, construyendo naves de crianza, embotellando y vendiendo vinos por todo el territorio nacional y exportando al extranjero vinos con marcas como Málaga Virgen, Moscatel Don Salvador y Trajinero.

Pasados los años, fueron sus descendientes los que continuaron la labor haciéndose cargo de las bodegas. Eran tres: José López García, Salvador López Palacios, y un yerno, Rafael de Burgos Carrillo. Tres jóvenes leones que con gran esfuerzo lograron superar los duros años 30 en los que subsistir era ya un triunfo, pues la guerra civil dejó completamente descapitalizada a la sociedad y grandes cantidades de vino fueron intervenidas. Los mercados nacionales y los europeos se encontraban en aquellos años completamente asolados pero siguieron luchando, haciendo un esfuerzo ímprobo por mantener las soleras de la bodega.  Terminada la contienda, ya en los años 40, inician   un nuevo lanzamiento que lleva a la bodega familiar a niveles muy superiores a los de antes. Fueron unos verdaderos precursores del marketing enológico, creando slogans y conceptos muy adelantados para la época.

Uno de sus grandes éxitos debió inspirarse en aquella feliz idea que tuvo el mencionado rey de Málaga, de la época de los reinos de Taifa, Idris II, al llamarle jarabe al vino y sacarlo de su nicho alcohólico. Captan la atención de los mercados al centrar la comunicación en las virtudes alimenticias y reconstituyentes que tenían los vinos de Málaga y aromatizando uno de estos vinos dulces con extractos de quinina.

El nacimiento de Kinito

Kina San Clemente 2011Kina San Clemente 2011La gran fama que consiguió su vino quinado, Kina San Clemente, en gran parte se debe también a la imaginación que tuvieron al acompañarlo de un simpático personaje, el muñeco Kinito que fue toda una imagen de una época, y se convirtió en el pilar que propició el enorme desarrollo de la bodega

Inquietos e inteligentes, no paran de estudiar nuevas presentaciones comerciales, realizando grandes campañas publicitarias que hacen que se produzca uno de los “booms” de marketing más importantes de los años 60. La idea de llamar a uno de sus vinos más vendidos Málaga Virgen, bastante anterior al slogan del famoso de la pura lana, fue otro de los grandes éxitos de esta bodega consiguiendo posicionar a estos productos como verdaderos líderes del mercado.

Años después, en la década de los 70 se traslada la bodega a las afueras de Málaga, al polígono de El Viso, donde se dispone de una mayor superficie y mejor logística, construyendo una gran bodega moderna dotada de un excelente equipamiento e instalaciones.  Pasados otros diez años, dos de los nietos de los hermanos López, Juan Ignacio y Rafael de Burgos, adquieren el 80% de las acciones de la empresa e introducen en el mercado productos nuevos: Moscatel Iberia, Cartojal  y el Brandy 1885. Con la amplia experiencia de Juan Ignacio de Burgos en el mundo vitivinícola van surgiendo a la luz productos nuevos y novedosos, algunos de ellos en forma de blancos de mesa, con la D.O. Sierras de Málaga. La familia tiene una gran finca en tierras del norte de la provincia, junto a la Laguna Fuente de Piedra, donde encontramos una verdadera universidad de la uva moscatel y pedro ximénez, los dos pilares de sus productos.

Finca Vista Hermosa

En 2005 su hermano  Juan Ignacio y su hija Piluca compran todas las acciones a Rafael, que fallece poco tiempo después, quedándose padre e hija como únicos accionistas. En este mismo año sacan al mercado su tinto Pernales, un monovarietal de syrah, también bajo la D.O. Sierras de Málaga.

Se decide cambiar la razón social de la bodega, hasta ahora López Hermanos, y llamarla Málaga Virgen, habida cuenta de la gran fama que esta marca tenía en el mundo entero y asimismo, también cambia la sede social, que se traslada a la finca y bodega Vista Hermosa, en Fuente de Piedra, al norte de Málaga, en tierras cercanas a la provincia de Córdoba. Un paraje de gran belleza donde los flamencos rosas se divisan desde los viñedos por su cercanía a la laguna del mismo nombre, Fuente de Piedra, reconocida como una importante reserva de aves. En esta nueva ubicación se centran todos los procesos productivos de los variados productos de la firma que se ven incrementados con el nacimiento de un vino rosado y un vinagre reserva de extraordinaria calidad. Manteniendo por supuesto todos las marcas que tanta fama han dado a la firma.

En Enero de 2008 lamentablemente fallece prematuramente Juan Ignacio de Burgos, y su hija Piluca se queda como única propietaria. Ella es la cuarta generación de los leones de Málaga junto a su marido, Didier Bricout, que ya venía colaborando con el negocio desde hacía 15 años. Didier deja su actividad como profesional directivo en una multinacional dedicada a la publicidad y se une definitivamente al proyecto de la bodega que sigue su exitoso desarrollo.

Y que así sea por muchos años.

Web: bodegasmalagavirgen.com

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