La bodega submarina

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El 16 de julio de 2010, un tesoro extraordinario fue descubierto por un equipo de submarinismo en el sur del Archipiélado Äland, una región autónoma entre Suecia y Finlandia: entre los restos de un barco que se hundió hace casi dos  siglos había 168 botellas de champagne. Se descubrió que 47 de estas botellas habían sido producidas por la Maison Veuve Clicquot, y la investigación les ha llevado a la conclusión de que las podían situar cronológicamente entre los años 1839 y 1841.

Botellas de Veuve Clicquot halladas en el fondo marino del mar BálticoBotellas de Veuve Clicquot halladas en el fondo marino del mar BálticoCuando la primera botella de champagne de los restos fue sacada a la superficie en el mes de julio, su corcho se rompió debido al cambio de la presión en la ascensión. El equipo de submarinismo probó el contenido y descubrió que en vez del agua de mar, había vino dulce dentro, aún con un poco de su gas. Asombroso, dado que estas botellas tenían casi 200 años.

Después de diversas batallas con el Imperio ruso, Suecia cedió a los rusos el Archipiélago Äland, como parte del Magnífico Ducado de Finlandia. A partir de entonces, para la entrada Oriental al Imperio ruso, el Archipiélago se convirtió en un punto crítico de paso para barcos que llevaban los tesoros a la corte imperial rusa, siempre impaciente por complacer su paladar con las cosas más excelsas. Gracias a los pioneros esfuerzos de Madame Clicquot, que audazmente contravino los bloqueos de Napoleón en 1814, y fue la primera en abrir el territorio ruso al comercio de champagne, los vinos de Veuve Clicquot formaron asiduamente parte de la preciosa carga que pasaba por el Mar Báltico.

Cave Prive Rrose 1979Cave Prive Rrose 1979Cuando las noticias iniciales sobre el descubrimiento en Äland se difundieron en 2010, no se sabía que Maison de champagne había producido el tesoro encontrado. La Maison Veuve Clicquot, en principio interesada en saber más al respecto de la historia de estos viejos vinos, y en la búsqueda de ampliar sus conocimientos al respecto de cómo envejecieron, ofrecieron su experiencia enológica y su tecnología para subir a la superficie las botellas que estaban intactas sin que sufrieran daño alguno. El departamento de archivo histórico de la Maison contribuyó en la autenticación y en poner fecha a las botellas. La recuperación de las mismas era un puro desafío, ya que requería un nuevo nivel de comprensión de la resistencia del cristal y los tapones (corchos) ante la presión. Sólo cuando fue completada el rescate, Veuve Clicquot descubrió que 47 de las botellas que se encontraban en el hallazgo eran suyas.

En noviembre de 2010, diez de las botellas recuperadas del naufragio fueron abiertas y probadas por un grupo de «sabios» y medios de comunicación en Maryam, la capital de Åland. En la degustación se dieron cuenta de que aquellos vinos de Veuve Clicquot podían ser degustados y que apenas habían resultado «heridos» debido a las exigentes normas en la elaboración del vino: las botellas, sus corchos y cápsulas, y el proceso de envejecimiento del vino en la botella.

Un equipo de inmersión a punto de bajar botellas de Veuve Clicquot al fondo del marUn equipo de inmersión a punto de bajar botellas de Veuve Clicquot al fondo del marAcorde con las preferencias del siglo XIX, este vino era más dulce que el que se prefiere en la actualidad. (Históricamente, los fabricantes de vino de champagne añadían alrededor de 150 gramos de azúcar por litro. Hoy, se pide menos de 10 g/l.) A pesar del alto contenido de azúcar, el veredicto sobre el champagne de Veuve Clicquot que se abrió ese día es que era excelente: después de una sensación en nariz «de queso» fuerte, el vino reveló alguna fruta y apuntes florales con muchos aspectos de complejidad. La frescura era aún más asombrosa para un vino de esta edad. Al igual que los vinos que produce hoy la Maison, estas viejas añadas son el testimonio de la visión y de los altos niveles de exigencia de la misma Madame Clicquot. Sus esfuerzos incansables para mejorar e innovar siguen siendo la guía de inspiración de la Maison. Desde la fundación de la Maison en 1772, la elaboración de los champagnes de Veuve Clicquot ha sido siempre emprendida con especial atención a cómo evolucionaban o envejecían los vinos.

La Maison Veuve Clicquot entendió que parte de la culpa de que estos viejos vinos fuesen bebibles fueron las condiciones de su involuntario almacenaje. En el fondo del mar se dan tres de las condiciones más cruciales para el que un vino sea guardado: no hay ninguna luz, hay una baja temperatura constante, y la tranquilidad.  Cautivado por las posibilidades de la propia naturaleza, la Maison ha construido el «Ålant Vault», un contenedor de almacenaje optimizado para un envejecimiento en el fondo submarino; es el legado del compromiso actual de la Maison para una mejor comprensión el proceso de envejecimiento. Pero el «Åland Vault» es sólo el principio …

"Jaulas” en las que se colocan las botellas de champagne antes de ser bajadas al fondo submarino"Jaulas” en las que se colocan las botellas de champagne antes de ser bajadas al fondo submarinoEl experimento sin precedentes de envejecimiento que representa la «Åland Vault» ocupa un lugar central en el nuevo programa de la Maison, la Bodega Submarina.

Esta audaz iniciativa, signo del compromiso constante de la Maison con la innovación y la excelencia, supone el inicio de un experimento de envejecimiento de 50 años de duración con variables controladas. Se introdujo en la «Åland Vault» una selección de Veuve Clicquot Yellow Label (en tamaño de 75 cl. y Magnum), Veuve Clicquot Vintage Rosé 2004 y Veuve Clicquot Demi-Sec, que se situó a 40 metros de profundidad y cuyo progreso controlarán los propios maestros bodegueros de la Maison. También vigilarán ejemplares de las mismas características de todos los vinos seleccionados en las célebres bodegas de la Maison en Reims.

La colección completa de la Cave Privée de Veuve ClicquotLa colección completa de la Cave Privée de Veuve ClicquotLa inmersión de la «Åland Vault» se realizará cerca del lugar donde se descubrió el barco naufragado, para recrear así las mismas condiciones de envejecimiento. El Mar Báltico ofrece condiciones únicas gracias a su baja salinidad (20 veces inferior a la del océano) y una temperatura constante de 4ºC durante el año. La profundidad de inmersión, de 40 metros, impedirá que algas marinas se adhieran a las botellas, evitando así que surja en los vinos un sabor a yodo.

En la búsqueda de nuevos métodos para entender e innovar el proceso de envejecimiento al máximo, la Maison Veuve Clicquot recuperará periódicamente algunos vinos de las profundidades. El objetivo es llevar a cabo degustaciones comparativas con los vinos de las mismas características de las bodegas de Reims, en presencia de una serie de catadores profesionales. Además, se enviará una muestra de los vinos recuperados a las Universidades de Enología de Reims y Burdeos para realizar análisis técnicos que permitan descubrir los secretos de envejecimiento del Mar Báltico.

Caja de madera Cave Privée blanco 1989Caja de madera Cave Privée blanco 1989Las primeras botellas destinadas a la Bodega Submarina fueron sumergidas el 18 de junio de 2014. Para celebrar el solsticio de verano, el único día del año en el que el sol nunca se pone en Åland, la Maison Veuve Clicquot presentó una segunda oferta de la Cave Privée en la isla Silverskär. Se trata de una selección de cosechas, todas de más de 20 años de edad, en la que todas las botellas han sido atendidas en Reims, en óptimas condiciones y con el mayor cuidado, por la ininterrumpida sucesión de maestros bodegueros de la Maison.

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