Planes de altura a 100 Km de Madrid para disfrutar de la naturaleza y el aire libre.

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Finca Río Negro propone planes irresistibles para los amantes de la enología, gastronomía y la naturaleza: catas de vinos, paseos entre los viñedos, visitas por monumentos históricos, rutas por llamados ‘pueblos negros’ y experiencias con estrella Michelin son algunos de ellos.

La primavera y el principio del verano es una de las mejores épocas del año para disfrutar del paisaje vinícola: con la brotación del viñedo, la vid entra en fase de zozobra –un momento muy especial–, el viñedo se tiñe de vívidos tonos verdes y los buenos vinos riegan las creaciones culinarias con tesoros de temporada. Para disfrutar de la que algunos llaman ‘la estación de la alegría’, Bodegas Finca Río Negro propone multitud de planes para todos los gustos y tipos de viajeros.

Finca Río Negro apuesta por la viticultura ecológica y su plantación se le considera `heroica’ dadas sus condiciones de cultivo extremas. Situada a 1000 metros de altura junto al Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara ofrece la oportunidad de visitar sus más de 600 hectáreas de bosques, así como sus 42 hectáreas de viñedos. Para los verdaderos enófilos, tras realizar el recorrido por la bodega subterránea y las salas de elaboración y de barricas, se podrá disfrutar de un aperitivo en las bodegas subterráneas y una cata horizontal de sus diferentes etiquetas premiadas internacionalmente. Vinos elegantes con cuerpo y con aromas de la crianza sobre lías o la crianza en madera.

EN RUTA POR LOS ‘PUEBLOS NEGROS’

Las veinte villas que envuelven al impresionante paisaje de la Bodega Finca Rio Negro, conforman ‘Los pueblos de la Arquitectura Negra’. Declarados Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, se integran armoniosamente con su entorno a través de sus tejados construidos de pizarra negra, de donde reciben el nombre, combinados con edificaciones de muros gruesos de piedra y madera de roble. Merecen una visita Majaelrayo, Robleluengo, Valverde de los Arroyos o Campillos de Ranas entre otros. Caracterizados por sus calzadas irregulares de piedra y su edificación singular, conforman uno de los parajes más bellos y desconocidos de la Península Ibérica. 

Este conjunto de localidades idílicas también presume de tener monumentos cargados de historia. Es el caso de Cogolludo, población en la que se encuentra la propia bodega Finca Rio Negro, en la que es recomendable visitar -previa reserva- el Palacio Ducal de los Duques de Medinaceli. Hace más de cinco siglos Felipe I “el hermoso” y Juana I “la loca” se alojaron en él durante su luna de miel, tal y como quedó reflejado en su diario de viajes. También son de interés la iglesia de San Pedro y las ruinas de una antigua fortaleza donde se conserva una torre del siglo X.

DOS ALTOS EN EL CAMINO CON ESTRELLA MICHELIN

Los alrededores de Finca Río Negro son un destino ideal para los amantes de la arquitectura, la historia, de la naturaleza, y, también, de la gastronomía. Las cartas de sus restaurantes se transforman estos meses para trasladar el paisaje al mantel a través de productos de temporada como las verduras y frutas que con el buen tiempo alcanzan su mayor esplendor lo que supone un gozo para todos los sentidos.  Sin dejar de lado, los tradicionales asados de lechazo; la bodega propone dos paradas en el camino con estrella Michelin donde maridar sus vinos.

Situados ambos en Sigüenza; El Doncel está liderado por Enrique Pérez que, consciente del legado de sus orígenes, emplea ingredientes locales en la elaboración de propuestas innovadoras. Por su parte Samuel Moreno, director Gastronómico y Chef del R&Ch Molino de Alcuneza -que cuenta además con la estrella Verde que otorga Michelin-, defiende en su cocina los procesos artesanales y apuesta por la recuperación del producto más tradicional llevado al presente.

Ambos ofrecen alojamiento para aquellos trotamundos que quieran alargar su viaje.

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