Muere Paul Pontallier, director de Château Margaux

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El “alma mater” del crecimiento de Château Margaux en la región de Burdeos, Paul Pontallier sucumbió al cáncer el pasado lunes de Pascua a la edad de 59 años.

Un alumno de departamento de enología de la Universidad de Burdeos, Paul Pontallier llegó a Château Margaux en 1983, justo a tiempo para vivir lo que la bodega considera una de sus vendimias más finas del siglo XX.

Trabajó en un principio estrechamente con el consejero Emile Peynaud, y en 1990 Paul Pontallier se hizo cargo, en exclusiva, de la dirección de la bodega.

Su relación con el propietario de Margaux, Corinne Mentzelopoulos, era, como había comentado Jancis Robinson MW, "un placer de contemplar" y clave para el continuado, aunque no suficientemente valorado, éxito de su primer crecimiento.

Aun siendo la mejor representación del “Bordelais” urbano, sofisticado (su sentido del estilo y el inglés impecable eran legendarios y parecían pertenecer a otra época), durante el tiempo que estuvo en Margaux, Paul Pontallier innovó radical y sorprendentemente aspectos dentro de la bodega.

En 2011 la bodega comenzó a equipar sus botellas con las últimas medidas de anti-falsificación, modificó la forma de tratar los viñedos dedicados a sus magníficos vinos e hizo incursiones en lo que él se refería jocosamente como el "vudú" de la biodinámica.

Mientras tanto, su propio hijo, Thibault, se fue a vivir a Hong Kong en 2010 para actuar como un embajador de marca en Asia, en el momento en el que el mercado asiático empezó a despuntar. Pontallier reconoció, como él afirmó a “The Drink Business” en 2011, que el éxito de Margaux (y otros vinos) en Asia estaría basado en la educación y la creación de relaciones de muchos años.

Después de haber estado en sus inicios, muy pendiente del impacto que tenían los diferentes tipos de maderas, después dirigió el foco de su atención hacia los diversos tipos de cierres para las botellas: corchos naturales, corchos sintéticos y tapones de rosca se usaron en innumerables degustaciones a lo largo de los años para determinar si alguno era más ventajoso y ofrecía más valor añadido que el resto.

La calidad creciente de los vinos secos blancos de la bodega, le llevó a anunciar, el año pasado, que él espera que un magnífico vino blanco se una al portfolio de la bodega.

Como siempre, el sentido y particular tributo a la persona, podrán encontrarlos en la web de Jancis Robinson, en este enlace.

Robinson y el crítico Steven Spurrier explican un detalle curioso sobre cómo podían medir la calidad de una cosecha cualquiera en relación con cuanto se alzaba de puntillas Pontallier mientras hablaba de ella.

Tristemente, los más veteranos en las Primeur, notarán su ausencia en las degustaciones de la vendimia del 2015 que comienzan la próxima semana.

Fuente: The Drink Business

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