10 Formas no convencionales de abrir una botella de vino

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¿Abrir una botella de vino con un cepillo de dientes? ¿Con un cordón de cuero o con un clip? Por increíble que parezca, existen situaciones insólitas en las que ningún “winelover” contempla rendirse ante la imposibilidad de no poder abrir una botella de vino, porque no tenga un sacacorchos a mano.

Imagina un día ideal, un pícnic con alguien especial, con una cena deliciosa y un vino perfecto para la ocasión... y cuando te dispones a abrir la botella te das cuenta que no tienes con qué abrirla.

A continuación te mostramos diez formas, algunas muy ingeniosas, para aplicar (solamente) en situaciones extremas, y ser capaz de abrir una botella utilizando para ello herramientas increíbles, con destreza y diligencia. Son intrépidas e inusuales y todas funcionan.

Importante: Recuerda que algunos de estos métodos pueden alterar severamente las propiedades del vino así como resultar peligrosas. Además, algunos resultan en que el tapón termina en el interior de la botella, lo cual recomendamos encarecidamente evitar. Si quieres disfrutar del vino tal como lo quiso su productor quizás lo mejor será que lo dejes para otra ocasión.

Método 1. Tornillo y destornillador

Es uno de los métodos más sencillos. Con un destornillador, atornillamos en el centro del corcho un tornillo normal. Una vez fijado, o bien con unos alicantes o con un martillo, enganchamos el clavo. Finalmente, si se utilizan los alicantes, retiraremos el corcho pausadamente o si se utiliza el martillo, con un movimiento de palanca tiramos hacia arriba.

Método 2. El cuchillo

Con suma precaución, clavamos la punta del cuchillo en el centro del corcho, teniendo cuidado de no atravesarlo. Una vez clavado el cuchillo, consiste en girarlo lentamente con el fin de no despedazar el tapón. La parte más complicada está en conseguir que el corcho comience a girar. Una vez conseguido, continuaremos girando el cuchillo mientras tiramos del corcho hacia arriba. Para facilitar este método, se aconseja utilizar un cuchillo de sierra, por su agarre a la hora de extraer el tapón. 

Método 3. Cordón de cuero

Requiere una particular paciencia. Ataremos un nudo en el extremo del cordón y será introducido en el centro del corcho empujándolo hacia el interior con cualquier objeto afilado, hasta conseguir situar el nudo en la parte inferior del corcho. Enrollaremos el resto del cordón en nuestra mano y tiraremos pausadamente hacia fuera con el cordón hasta conseguir desplazar el corcho.

Método 4. Con un zapato

Colocamos la base de la botella en el interior del zapato, en la parte del talón. Como si de una sola pieza se tratara, sujetaremos firmemente la botella ya ubicada en el interior del zapato, y golpearemos la base de la botella contra una pared, hasta conseguir que el corcho sobresalga para poder extraerlo manualmente. Utilizamos el zapato como amortiguador del golpe, para evitar que la botella se rompa. Se consigue a base de paciencia y siempre con más golpes y poca fuerza, que intentándolo con pocos pero golpes fuertes. 

Método 5. Guía telefónica

Un método similar al del zapato, pero para amortiguar el golpe, empleamos una guía de teléfonos. Primero hay que retirar el capuchón del cuello de la botella. A continuación, y protegida por la guía telefónica, golpearemos cuidadosamente la base de la botella contra la pared. La propia presión del vino forzará al corcho a salir unos centímetros fuera de la botella, lo bastante como para poder sacarlo manualmente.

Método 6. Percha

¿Quién no guarda una percha de alambre? Pues ha llegado la hora de utilizarla. Estiramos el gancho de la percha y ayudándonos de unos alicantes, doblaremos el extremo a modo de anzuelo. A continuación se introduce entre el cuello de la botella y el corcho hasta que el gancho pequeño quede por debajo del corcho. Girar el alambre 90 grados, de manera que el gancho pueda agarrar la parte inferior del corcho para tirar de él. Si disponemos de unos guantes, mejor utilizarlos por si el alambre nos daña los dedos. 

Método 7. Clips

Enderezar dos clips hasta conseguir una forma de U. Introducirlos uno frente al otro hasta la mitad, entre la botella y el corcho. Girarlos 90 grados, de esta forma el gancho consigue clavarse en el corcho por la parte inferior. En la parte superior por fuera de la botella, uniremos los extremos de ambos clips hasta que queden consistentemente unidos, para poder tirar fuerte hacia arriba. Para ayudarnos podemos utilizar un bolígrafo y situarlo por debajo de los clips unidos, de esta forma podremos tirar con más fuerza. 

Método 7. Clavos y martillo

Nos bastará entre 3 y 5 clavos cortos y un martillo. Clavarlos suavemente en línea sobre el corcho y una vez sujetos, utilizar la parte del sacaclavos del martillo para agarrarlos, mientras sujetamos el cuello de la botella y haciendo palanca y girando la botella, sacamos el corcho poco a poco. 

Método 8. Llave

Increíblemente, las llaves no sólo se utilizan en cerraduras, también pueden abrir botellas. Clavar la llave diagonalmente en el corcho e ir introduciéndola hasta que asome únicamente la parte superior y podamos tirar del él, siempre sujetando el cuello de la botella mientras la giramos hasta conseguir sacarlo. 

Método 9. Soplete

Para quién disponga de un soplete es fácil abrir una botella de vino. Simplemente vamos calentando el cuello de la botella hasta conseguir que el corcho salte. No recomendamos utilizar este método si queremos mantener intactas las propiedades organolépticas del vino. Si no puedes abrir la botella por ninguno de los métodos anteriores mejor espérate a probar el vino otro día.

Método 10. Cepillo de dientes

Si la cosa se pone fea, y no disponemos de uno de estos artilugios que nos permite sacar el corcho, siempre quedará el cepillo de dientes. Posaremos la parte inferior del mismo sobre el corcho, y empujaremos hasta que finalmente quede el corcho dentro de la botella. Estéticamente, no es la formula ideal, sin embargo, nos permitirá disfrutar de ese vino tan esperado. 

Conclusión

Algunos de estos métodos, aunque funcionan perfectamente desde un punto de vista mecánico, ya hemos advertido que pueden poner en riesgo las propiedades del vino. Por esta razón recomendamos encarecidamente que te esperes a tener disponible un sacacorchos, de los que hay muchos tipos, o mejor aún, puedes plantearte qué amante del vino no tiene uno siempre a mano. ;-)

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