Una cosecha corta con gran calidad y carácter.
Los controles de maduración de la uva elaborados por Rioja Vega confirman que este 2025 ha sido un año desafiante en el viñedo, con menos kilos pero una calidad de uva que augura vinos expresivos y con carácter.
La cosecha 2025 se perfila en nuestra región como una de las más escasas de la historia reciente. El ciclo vegetativo de la vid arrancó con muy baja fertilidad y se vio agravada por otros factores como la incidencia generalizada del mildiu y diversos incidentes meteorológicos que condicionaron de manera notable el potencial productivo del viñedo.
La región experimentó un episodio térmico de gran intensidad durante la primera quincena de agosto donde las temperaturas superaron los 30ºC la mayor parte de los días y llegaron a alcanzar más de 37ºC en siete de ellos.
A este calor diurno se sumaron noches tropicales persistentes que generaron un importante estrés fisiológico a la vid. Estas circunstancias han acelerado la maduración alcohólica, al adelantar los patrones regulares de ciclo.
En este contexto, se hace imprescindible un buen manejo de riego localizado y estratégico que evite un estrés hídrico severo que pudiera bloquear la fotosíntesis frenando la maduración por bloqueo. De esta manera buscamos preservar la frescura del fruto, frenando la pérdida de acidez y aromas, dos elementos esenciales, para lograr un equilibrio en los futuros vinos.
Los primeros controles de seguimiento de la maduración nos permiten confirmar que el estado sanitario del viñedo es muy bueno. El fruto muestra un buen equilibrio entre la concentración de azúcares y ácidos, lo que nos permite pensar que los vinos blancos de la añada 2025 serán expresivos, frescos y con una gran tipicidad.
En el caso de los tintos observamos una realidad parecida. La gran calidad de la uva que nos abre un abanico de posibilidades para elaborar vinos con una marcada singularidad y carácter, vinos que destacan en un año complejo y de baja producción.
La vendimia 2025 se aventura como corta y escasa pero también como una estupenda oportunidad para elaborar vinos con gran personalidad. El trabajo realizado en el campo, donde la combinación de una viticultura de precisión con un estado sanitario óptimo del fruto refuerza la expectativa de que los vinos de la añada 2025 serán singulares, de calidad y valiosos.